lunes, 13 de junio de 2016

Las tres áreas de desarrollo

Las tres áreas de desarrollo
La mayor parte de las habilidades y capacidades clave que se aprenden en la primera infancia se puede incluir en una de las tres principales áreas de desarrollo: desarrollo físico, desarrollo cognitivo o desarrollo social y emocional. Aquí podrás conocer mejor cada una de estas áreas:

Desarrollo físico
Pequeños cuerpos en construcción
Las habilidades físicas son una parte importante de la infancia, ya que abren el camino a los demás tipos de aprendizaje. Las habilidades físicas incluyen:
  • Habilidades sensoriales: el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato: los sentidos son las primeras ventanas al mundo exterior que ayudan a tu hijo a activar ciertas áreas de su cerebro.
  • Motricidad gruesa: durante los primeros años de vida, los niños se enfrentan a grandes retos físicos y desarrollan la motricidad gruesa a medida que crecen.
  • Motricidad fina: desde coger un juguete a sujetar un lápiz, el desarrollo de la motricidad fina ayuda a superar con éxito la etapa escolar y futuros desafíos.
  • Equilibrio y coordinación: Sentarse, andar, correr... Los niños dedican mucha energía a desarrollar el equilibrio y la coordinación.

Desarrollo cognitivo
Mentes curiosas y sorprendentes
¿Cuál es la mejor manera de aprender? Sin duda, mediante el juego. Resulta asombrosa la capacidad cognitiva que pueden llegar a desarrollar los niños durante sus primeros años. Las habilidades cognitivas incluyen:
  • La curiosidad: estimular el sentido natural de la curiosidad, el descubrimiento y la admiración ayudará a tu hijo a querer aprender cosas nuevas cada día.
  • La capacidad de resolución de problemas: ¿Cómo funciona? Llegar a entender cómo funcionan las cosas, ya sean retos sencillos o complejos, es una de las partes más divertidas del juego.
  • La imaginación: preguntarse "qué pasaría si". Soñar nuevas maneras de ver el mundo. Ser capaz de imaginar y crear. Estas son algunas de las habilidades de los grandes pensadores.
  • Conceptos básicos de aprendizaje: desde las letras a la lectura, o desde los números a contar objetos, los primeros años de juego sirven para sentar las bases de conocimientos imprescindibles para la escolarización y el resto de la vida.

Desarrollo social y emocional
Personalidades seguras de sí mismas
Saber expresar ideas, compartir y escuchar son algunas de las habilidades sociales que se adquieren mediante el juego, que a su vez también estimulan el bienestar emocional.

  • Atención auditiva: la capacidad de escuchar empieza a desarrollarse ya en el vientre materno. Todo son ventajas cuando un niño sabe escuchar (¡y hablar!).
  • Expresión personal: sentirse bien con uno mismo y saber transmitir los pensamientos a los demás son habilidades esenciales que se desarrollan de forma natural mediante el juego.
  • Compartir y cooperar: turnarse y llevarse bien con los amigos requiere paciencia y práctica, ¡pero hacerlo mientras se juega resulta más fácil y divertido!
  • Seguridad y felicidad: Un niño que juega es un niño feliz. A fin de cuentas, todos los padres quieren que sus hijos sean felices y se sientan seguros, ¡ahora y cuando sean mayores!

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