martes, 22 de septiembre de 2015

Los Berrinches

En esta tarde os traigo un par de artículos sobre como afrontar los típicos berrinches que a veces tienen los niños en los primeros años. Situaciones que a veces, sobre todo si son en público, son difíciles de llevar, y deseamos acabar con ellas rápidamente, pero no lo hacemos de la forma más correcta, educativa o formativa para el niño, por ello son pocos los consejos o maneras de actuar que conozcamos y podamos utilizar en este tipo de situaciones. 

Espero que os sirvan.

Un saludo de AQUÍ para ALLÁ



( de fuente desconocida )
 A partir del año y hasta los tres o cuatro se abre paso a las primeras conductas inestables del niño;  “los clásicos berrinches”. Es momento de iniciarlo a tomar conciencia entre lo que está bien y lo que está mal, mostrándole hasta donde sus deseos pueden ser cumplidos. Así que solo tú decidirás que tanto cedes a los deseos del niño y que tanto le muestras lo que es correcto e incorrecto.

Para empezar unas situaciones que pueden dar lugar a identificar los orígenes de los berrinches:

           1.- Cuando lo llevas a dormir llora incesantemente porque no quiere desprenderse de ti. Aquí tienes una conducta muy clásica que abre paso a los primeros berrinches y es una conducta que te lleva a caer en trampas emocionales.

           2.- Derrama la comida en la mesa, más de lo acostumbrado. Aquí tienes otra conducta muy clásica que se presenta cuando el niño ya no desea comer, o bien simplemente ha descubierto que al tirar la comida atrae tu atención, y si lo reprendes hace un gran berrinche atrayendo la atención de todos los que se encuentran en la mesa. Un gran error adulto se encierra cuando cedes a sus berrinches para satisfacer sus deseos. Y a medida que permitas el primer berrinche se irán incrementando y serán incontrolables.

           3.- Al salir de compras con el niño, todo quiere, todo toca y llora incesantemente si no lo obtiene. Aquí tienes otra conducta muy clásica de los berrinches.

Pero a todo ello , ¿Cuál es el remedio más efectivo para no caer en los clásicos berrinches del niño?
Simple y llanamente tomar posesión de tu autocontrol. Pues si el niño mira a una mama  ((o papá)) serena, tranquila, emanando firmeza, irremediablemente atenderá tus indicaciones y aprenderá a identificar las conductas que no son correctas. Cuando el niño no percibe tu inestabilidad emocional, ni mucho menos el tan perceptible titubeo o las desesperantes verbalizaciones para callarlo, será cuando poseas el control de la situación para erradicar los berrinches.

Los ingredientes son:

1-Firmeza para no claudicar
2-Constancia para no caer en las conductas indeseables
3-Amor para empatizar con la situación que está viviendo el niño.




Un segundo artículo en el que tan sólo os dejo la 5 acciones que la psicóloga Paola López Martínez nos da para este tipo de situaciones.



Los niños quieren todo para ellos y muchos papás caemos en el error de complacerlos, con el fin de evitar a toda costa que “sufran”. Amar, cuidar y consentir a nuestros hijos no está mal, pero a veces ellos necesitan aprender que no pueden tenerlo todo, y mucho menos a través de un berrinche. Por todo ello, aquí te cuento las cinco acciones que a mí me ayudan a tranquilizar a mi hija cada vez que hace un berrinche:



·         1. Dale otra dirección a su atención
Cuando te percates de que va a empezar un berrinche. Si tu hijo comienza a hacer un berrinche porque quiere que le compres un juguete, con suavidad tómalo de la mano y pídele que te acompañe a buscar el alimento que tanto le gusta a su perro; haz que su mirada y su atención se vuelquen en otra cosa, que no sea lo que él quiere. Puedes también pedirle que juntos canten su canción favorita o contarle un cuento, o un chiste.

·         2. Abrázalo o levántalo del piso
Es necesario que lo controles. Si a pesar de lo anterior prosigue en su intención y ya ha empezado a gritar o a patalear. Lo importante es que le otorgues una explicación.Los niños, al igual que tú como adulto, necesitan razones válidas para saber el porqué de las cosas. Acércate a él, míralo a los ojos y con un tono de voz calmado dile “Te entiendo, sé que quieres que te compre ese chocolate, pero recuerda que no has comido y es necesario que primero lleves comida sana a tu pancita y después compramos el chocolate”. En cuanto concluyas la frase tienes que volver al paso 1, redireccionar su atención.

·         3. Es imprescindible que dejes tu actitud de mamá comprensiva y le hagas saber que tú eres la autoridad
Si a pesar de esto ahora grita aún más, o incluso ha comenzado a agredirte. Te sugiero que con un gesto de molestia (evita forcejear con él o insultarlo) le des una advertencia; puedes decirle “Estás empezando a perder el control y así no funcionamos, te he dicho que no, y no hay marcha atrás”. Tómalo de la mano con firmeza (sin llegar a lastimarlo) y llévalo contigo, pero ignora todo lo que hace o dice. Con esto le estás demostrando que fuiste amable y comprensiva con él, pero que no tolerarás más una mala actitud.

·         4. Mantén tu postura
Si lo has hecho bien, a estas alturas el pequeño debe de estar sollozando y tratando de recuperarse de su “gran decepción”. Es importante que sigas ignorando lo que dice y mantengas tu cara de molestia. Aún no es tiempo de ser cariñosa con él, si lo haces puede volver al berrinche. ¡Recuerda que nuestros hijos están midiéndonos hasta que marquemos el límite.

·         5. Dale, con amabilidad, la explicación que ya le habías dado en el paso 2
Cuando tu hijo ha conseguido mantenerse tranquilo por más de cinco minutos es momento de hablar con él. Es necesario que vuelvas a explicarle, y dejarle bien claro que no accederás otra vez a sus chantajes. Pregúntale si ha entendido el por qué le has dicho que no a su petición y escucha lo que te dice, pon atención a las emociones que expresa e invítalo a que no lo vuelva a hacer.

No tengas miedo de darle razones a tus hijos, no importa que tengan 2, 5 o 7 años de edad; no subestimes su entendimiento. Verás cómo entre más explicaciones razonables des, más rápido dejarán de hacer berrinche por la misma situación. Si no te das por vencida y lo llevas con firmeza te sorprenderás de los buenos resultados.
                                                                                                             Paola López Martínez
Licenciada en Psicología 
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