Buenos días de domingo lluvioso y casi otoña.
Os dejo este artículo sobre la Cómo hacer que nuestros pequeños sean más pacientes.... o al menos intentarlo. En nuestro caso todo un reto.....
Un saludo.
La paciencia es un don
y nos ayuda a ser felices. La mala noticia es que no todos la tenemos, la buena
es que se aprende. Una persona paciente y
calmada tendrá menos propensión al estrés y a padecer problemas físicos
derivados de la ansiedad. Se tomará la vida con más filosofía y verá el lado
bueno de las cosas con más facilidad que otros. Si logramos inculcar
la paciencia a nuestros hijos estaremos ayudándolos a ser más felices. Así que
manos a la obra, pongamos en práctica estos consejos y cualquiera que se nos
ocurra como padres en el día a día:
1.
Enseñarles a explorar
los detalles
Un ejercicio que
podemos practicar a diario es ver las cosas pequeñitas que suelen pasar
desapercibidas con la velocidad de la vida. Si estamos en el parque por
ejemplo, buscar insectos, observar las flores que se van a abrir, oír a los
pájaros, seguir el proceso de las estaciones en los árboles… Eso le ayudará a
relajarse e investigar el mundo que tiene a su alrededor.
2.
Buscar
entretenimientos
Cuando algo tarda en
llegar, como el autobús, podemos jugar a buscar cosas de un determinado color.
Aprenderá a entretenerse en las esperas.
3.
Sé previsor con los
tiempos
Si vais a viajar o al
doctor, sitios donde suele haber retrasos, llévale una mochila con juegos,
cuadernos para pintar, libros o muñecos pequeños. Se le pasará el tiempo sin
darse cuenta. Si puedes evita las pantallas (iPad, móvil o computadora).
Resérvalas como último recurso.
4.
Da ejemplo
Esto es
imprescindible. Si el niño nos ve perder la paciencia a menudo (en el coche, en
la cola, con otras personas) repetirá nuestro comportamiento. Así que ya sabes,
empieza a mostrarte tranquilo y positivo. Al fin y al cabo no por perder los
nervios ocurren antes las cosas.
5.
Actividades calmadas
Leer, dibujar y armar
puzzles o construcciones pueden ser muy efectivas a la hora de educar la
paciencia. Proporcionale juegos que requieran de su atención y tranquilidad.
6.
Sé comprensivo con sus
necesidades y tiempos
Esto es que no
pretendas que el pequeño se calme si tiene hambre, sueño o está cansado. Ahí sí
urge atenderlo lo antes posible pues no es capaz de serenarse y cada minuto que
pase se pondrá más nervioso. También debemos tener en cuenta que su percepción del
tiempo no es la nuestra, o sea que no le anticipemos un acontecimiento con
demasiada antelación porque se desesperará y nos desesperará a nosotros con su
preguntas. Así que si van a acudir a un acontecimiento especial, díselo el día
antes. Será mejor para todos.
7.
Explicarle por qué hay
que esperar
Por educación, por
respeto, porque hay cosas que mejoran esperando un poco, porque esperar merece
la pena. Hablar con él de todo esto con ejemplos prácticos según vaya creciendo
y siempre cumplir lo que prometamos en la espera. Si le decimos que cuando
acabemos de limpiar damos un paseo, así debe ser.
Si sigues estos
consejos y predicas con el ejemplo te aseguro que tendrás un pequeño adulto
cada vez más paciente y tranquilo en casa, que sabrá sacar provecho de la vida
y no perderá la calma con facilidad.