Pastoradas. Conocidas tambien como corderadas, corderas o danzas de pastores se hacían -y todavía se siguen haciendo- con la ofrenda de un cordero (de ahí su nombre). Sus textos se remontan al siglo XVII. Los personajes son pastores con un mayoral. Se sigue celebrando por pueblos sobre todo de Castilla y León y algunos madrileños como Braojos, donde se conoce como «Pastorela» y se viene haciendo desde el siglo XV. Se representa en la iglesia el día 24 (a las 24 horas) y el 25 y también el el 1 y 6 de enero (a las 13 horas). Tel. 91 868 04 27
Coro de Campanilleros. Principalmente, en Andalucía, donde se les conoce también como mochileros o cuadrillas de ánimas. Estos coros de campanilleros aparecieron en el XVII integrando los Rosarios de la Aurora (rondas nocturnas) que animan a los vecinos para participar en los cultos. De aquellas rondas salieron los coros de campanilleros que actúan en días navideños. Su nombre se debe a las colleras de campanillas de animales con las que se acompañaban. Se fueron perdiendo durante el año, pero se conservaron como preludio de la Navidad. Se les puede oír en días navideños por las calles de pueblos sevillanos como Bormujos, Utrera, Lora del Río, Mairena del Alcor (Sevilla), Constantina o Lebrija (aquí, solo son mujeres).
Zangarrones y Tafarrones. Personajes que salen en días navideños en pueblos zamoranos cubiertos con caretas y vestidos estrafalarios, armados con látigos o vejigas hinchadas de animales. Su atuendo es llamativo por la viveza de sus colores. Consta de pantalón y chaquetilla, cubriéndose la cabeza con un capuchón. A la cintura, campanillas o cencerros con las que atruenan el ambiente a su paso. En una mano las «castañuelas», que no son instrumento musical, sino receptáculo para aguinaldos, y, en la otra, una «cachiporra» con la que golpear a quienes no contribuyen. Salen el día 5 de enero en San Martín de Castañeda y el 26 de diciembre en Sanzoles y Pozuelo de Tabara.
Caga-tió. Antigua tradición catalana. El «tió» es un tronco de árbol cubierto por una manta que al golpearlo con palos deja caer regalos, principalmente dulces. Los niños le cantan: «Caga-tió, caga turrón, si no cagas bé‚ un bon cop clavaré‚» (Caga tizón, caga turrón, si no cagas bien, un buen golpe te daré). Al finalizar quitan la manta del «tió» y recogen los dulces. Se celebra en lugares como Isona (Lérida) o La Pobla de Claramunt (Barcelona), el 24 y el 25 de diciembre.