La etapa de los dos a los tres años es
una fase de búsqueda de la autonomía. La psicomotricidad de los niños da un
salto de gigante y su socialización también: necesitan el contacto con otros
niños.Además, es
una etapa de auto-afirmación: 'yo' y 'mío' se convierten en dos de
sus palabras favoritas.
¿Qué es
capaz de hacer un niño de 2 años? En los niños de dos a 3 años no hay una norma fija que
determine en qué mes pondrán en marcha sus habilidades. Cada niño lleva su
propio ritmo y alcanza sus hitos de desarrollo a su paso. Con
la misma edad, un niño puede subirse a lo alto del castillo del parque mientras
otro necesita aún la ayuda de un adulto, y la evolución de ambos es
completamente normal.
- Anda y
corre sin ayuda.
- Es
capaz de atender a otros estímulos mientras camina.
- Abre
puertas.
- Arrastra
juguetes mientras anda, y puede sujetar varios juguetes mientras está en
marcha.
- Sabe
trepar a los muebles.
- Disfruta
imitando a los adultos.
- Come
solo, aunque se ensucie un poco.
- Da la
vuelta a un recipiente para sacar lo que hay dentro.
- Puede
saltar: a la pata coja, con los pies juntos, dando pasos cortos y largos…
- Pasa
las páginas de un libro.
- Pinta
garabatos y líneas con una tiza o una cera.
- Hace
torres de varios cubos y los junta en línea si le explicamos cómo hacerlo.
- Aprende
mediante ensayo-error o tanteo aleatorio.
- Utiliza
su propio nombre y los pronombres 'yo' y 'mío'.
- Responde
a órdenes sencillas y puede mantener una conversación sobre lo que sucede
a su alrededor.
- Es
capaz de mantener la atención unos minutos.
- Juega
solo o con otros niños.
Si nuestro hijo no dice más que un par de palabras, no es capaz de
dibujar un círculo, se cae con mucha frecuencia o tiene dificultades para subir
y bajar las escaleras, conviene visitar al pediatra para determinar si existe
un problema de desarrollo.
Aprendizaje en el niño de dos años
El niño
observa lo que le rodea y va comparando, clasificando y analizando. Así establece progresivamente
relaciones y categorías (alto-bajo, grande-pequeño, muchos-pocos…).
Las rutinas
y la repetición de actividades y secuencias son fundamentales en esta etapa, ya que le permiten ir
descubriendo conceptos como antes y después, diferenciar los momentos del día y
sentirse seguros, algo indispensable para que vaya ganando autonomía.
Quiere ser
independiente, pero se frustra con frecuencia porque no llega a dominar muchas habilidades que
ya empieza a saborear. Las rabietas alcanzan alrededor de los dos años su
máximo apogeo.
Cómo estimular al niño
de dos años
Los niños
aprenden jugando. El juego permite al niño tomar sus propias decisiones
–planificar, construir, etc.-, Además de desarrollar su creatividad, jugar le
permite experimentar la sensación de dominio. En el juego practican nuevas
habilidades, descubren las propiedades de los objetos cotidianos, se relacionan
con los demás…
Su vocabulario experimenta
grandes avances en esta edad: debemos hablar con ellos mientras vamos de paseo,
cuando vemos cosas nuevas, en nuestras actividades cotidianas –a la hora de la
comida, al hacer la cena…-.
A partir de
los dos años, los niños pasan del juego en paralelo a compartir juegos con
otros niños. Necesitan oportunidades para relacionarse con otros niños, aunque
aún no querrán compartir sus juguetes ni pueden obedecer las reglas de un
juego todavía.
Juegos y juguetes para
niños de dos años
Los juegos
que le permiten ordenar materiales de forma lógica y clasificar
objetos les encantan y les vienen muy bien en esta etapa. Aprender
canciones o poemas infantiles; escuchar música y bailar;
jugar con agua y arena, saltar y correr; los juegos
de imitación y los primeros juegos simbólicos –jugar
a imitar a los personajes de sus cuentos, cuidar a los muñecos-; juegos
que estimulen sus sentidos (¿A qué huele esto? ¿Esta fruta, es dulce o
salada?); juegos de observación, como el “veo veo” o los juegos de
memoria con tarjetas…
Los juguetes indicados
a los dos años: sus primeros juegos de construcción, juegos de ensamblar
piezas, plastilina, dominós, juguetes musicales interactivos, muñecos, juegos
de empujar o pinturas.
Les encantan
los libros ilustrados: cuando les leemos cuentos, mejora su expresión verbal y
su capacidad de escuchar. No podemos olvidarnos de leerles el cuento de antes
de dormir.
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