El respeto es uno de los grandes retos a los que se enfrentan familias y
educadores cuando tienen que educar a sus hijos e hijas. En algunos casos son
pequeñas faltas de respeto, pero en algunas ocasiones estas pequeñas faltas de
respeto pueden acabar convirtiéndose en graves problemas para la convivencia
familiar o escolar.
Educar para que nos respeten puede ser complicado, encontrar el equilibrio entre la autoridad y la
tolerancia, y saber tratar las faltas de respeto es un auténtico desafío.
Educar para que los niños aprendan a respetar es una necesidad que no podemos
eludir.
RESPETO
La importancia de educar para que respeten
El respeto es una actitud, un valor humano, que últimamente está en crisis,
vivimos en sociedades en las que los individuos reclaman sus derechos, pero en
la que no saben respetar.
Un mundo individualista donde valores tan importantes como el respeto
parecen no tener cabida. El respeto es un valor fundamental para las sociedades
humanas, una actitud necesaria para engrasar las interacciones y para favorecer
los vínculos.
Solo cuando somos capaces de ver más allá de nuestro propio interés y de
nuestras propias necesidades, solo entonces podemos entender al otro, podemos
ponernos en su lugar y podemos ser capaces de aceptarle.
El respeto implica también el ejercicio del respeto hacía uno mismo. Si
respetamos a los demás y nos respetamos a nosotros mismos, favorecemos unas
relaciones e interacciones justas, equilibradas, sanas y enriquecedoras. La
diferencia es riqueza y solo podemos valorar dicha riqueza desde el respeto.
¿Por qué los niños no respetan?
Son muchas las familias y educadores que a menudo, se quejan de que los
niños no respetan. Las faltas de respeto se convierten en una tónica habitual
en sus comportamientos.
No es sencillo responder a las faltas de respeto ya que a menudo nos
encontramos con batallas difíciles en las que nunca se gana, solo conseguimos
aumentar la tensión. Pero, ¿por qué los niños faltan al respeto?
No existe una única razón que explique las faltas de respeto, sino más bien
un grupo de factores que están en el origen de esta problemática:
· El paso de los estilos educativos autoritarios, en el que el respeto era
impuesto, a estilos educativos a menudo permisivos, en el que el respeto brilla
por su ausencia y por no dañar al niño está todo permitido. Se convierten en el
centro de todos los derechos y se creen merecedores de todo respeto, sin
necesidad de ejercer ellos respeto.
· Por otro lado, la falta de respeto general a nivel social. Vivimos en una
sociedad en la que nadie respeta. Los niños no tienen modelos de respeto que
seguir, los modelos sociales que observan a menudo incurren en faltas de
respeto, en la calle, en casa, y en los medios de comunicación.
· La necesidad de reafirmarse aparece en varios momentos y con ella cierta
rebeldía e intentos de controlar y ser los dueños, y al no tener otros modelos
es fácil que incurran en faltas de respeto.
¿Qué podemos hacer para educar en el
respeto?
· En primer lugar educa desde un estilo democrático. Es muy importante no
dañar al niño y respetarle, es muy importante educar con apego y cubrir sus
necesidades, pero no debemos confundir esto con la ausencia de límites.
· Por otro lado recuerda la necesidad de educar con tu ejemplo. Tal vez sea
el momento de observarnos y de ser conscientes de los modelos que están
teniendo nuestros niños.
·
Ofrécele opciones para expresar su frustración y maneras asertivas de
hacerlo. No se trata de que se callen, si no de que puedan expresarse desde el
respeto.
· Practica el respeto en tu familia y enséñales como el respeto favorece el
clima familiar y las interacciones.
Celia Rodríguez Ruiz
Psicóloga y Pedagoga
@educa_aprende
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