Buenas noches.... iba a resumir este artículo pero la verdad no he podido dejar que ponerlo entero. No tiene ningún desperdicio, además de ser un fan de su página, sus libros y demás.....
Os animo a que lo leáis si de verdad queréis una Navidad diferente para vuestros pequeños.
10 cosas que todo niño debería hacer antes de acabar estas Navidades y que
te encantará hacer con ellos!
La Navidad es una época especial del año y que el niño recordará siempre,
de eso no hay duda. Sin embargo, si le otorgamos importancia por razones
relacionadas con el consumo, como pueden ser las compras, los regalos, la
comida o el tiempo extra frente a la tele y el teléfono móvil, es muy posible
que el niño termine las fiestas con una sensación de vacío y sin haber fijado
en su memoria nada que realmente merezca la pena recordar. Por eso, he decidido
escribir este post con ideas y actividades clave para que el recuerdo que estas
Navidades dejen en tus hijos sea entrañable, positivo para su cerebro y lleno
de significado.
1.Decorar el árbol de Navidad o el Belén
La puesta de largo del árbol o el Belén marca el inicio de la Navidad. Para
hacer que la experiencia sea mágica, lo más importante no es que el árbol o
Belén queden bonitos sino que sean los niños los que realmente dejen su ilusión
en la decoración. Un pitufo al lado de Baltasar, o una figura de Lego en una
rama del árbol es lo que tiene más sentido en la mente de los niños. Ellos
también quieren que sus personajes favoritos formen parte de la Navidad.
2.Buscar unos juguetes para niños que no
los tienen
Esta es una tradición en mi casa y en la de muchos otros niños. Desde mi
punto de vista el espíritu de la Navidad es celebrar el amor en familia y poder
compartir un poquito de ese amor con otras personas que lo necesitan. Llevar
unos juguetes a la parroquia o rastrillo ayudará a los niños a entender que hay
otras realidades, a desarrollar la solidaridad, la generosidad y a saber tomar
decisiones (tienen que elegir qué juguete ya no usarán). Puede ser un gran
esfuerzo para ellos pero tiene doble recompensa; ellos se sentirán muy
satisfechos cuando los lleven y podréis hacer algo de hueco en los armarios.
3.Escribir una felicitación a alguien
que queréis que se sienta querido
4.Pasar una mañana tranquila y
relajante
No hay nada como mantener la televisión en silencio para que a los niños
les entren las ganas de divertirse y crear sus propios juegos. Intenta pasar al
menos una mañana sin dispositivos de ningún tipo. Puedes poner tu música
relajante favorita para estimular la calma en tus hijos y mientras tu cocinas o
hacer preparativos ellos pueden leer cuentos, hacer unas construcciones o
dibujar y pintar al lado tuyo en la cocina. Con esta sencilla receta pasaréis
una mañana Navideña supertranquila y ayudaréis a los niños a que se fijen en la
decoración de la casa, a que recuerden los festejos pasados y daréis tiempo
a que los niños (y vosotros mismos) descansen para las jornadas y noches
más movidas que vendrán más adelante.
5.Visitar un mercado Navideño
Puede ser la peor pesadilla para los padres, pero las imágenes de los
mercados Navideños y las luces de la ciudad se quedan grabadas en la retina de
los niños. Para poder disfrutar de la experiencia sin acumular más estrés y
cansancio siempre intentamos ir una tarde laboral un poco antes de que empiecen
los días más intensos (entre el 24 y el 6 de Enero). Los niños deben
entender que el objetivo no es consumir, sino simplemente dar un paseo, aunque
puede resultar de lo más natural que acaben llevándose una figurita para el
Belén o alguna broma para el siguiente punto de nuestra lista.
6.Hacer inocentadas (( esta es la que menos me gusta ))
Siempre fui un loco de las inocentadas y creo que es una tradición bonita
tanto para mayores como para niños. Los mocos de broma y las arañas o moscas en
la comida siempre arrancan una carcajada, aunque las favoritas de mis hijos son
el cojín que se tira pedos cuando te sientas. Pueden reírse durante horas
haciendo que todos nos sentemos. Otra tradición son las llamadas con número
oculto; nunca faltan las llamadas a los abuelos y a nuestros amigos solteros
(al fin y al cabo queremos que se contagien del espíritu infantil y de su
ilusión). Más allá de lo divertido que puedan resultar, las inocentadas ayudan
al niño a desarrollar el autocontrol y la cognición social o la capacidad de
creer en lo que el otro piensa para poder así, engañarle.
7.Sentaros con una manta alrededor de
una chimenea o a la luz de unas velas
Contemplar el fuego es un auténtico ejercicio de mindfulness. No hace falta
tener una chimenea, para crear una estampa navideña, porque con unas velas
puede bastar. Los movimientos de la llama, sus parpadeos, el color del que
tiñen la habitación y las sombras que proyectan crean una atmósfera mágica y os
aportarán un momento de serenidad en familia. Podéis aprovechar para contar
cómo eran vuestras navidades de pequeños o qué regalos de reyes recordáis con
más cariño. Tanto con la chimenea como con las velas, a buena distancia de los
niños y nunca les dejéis sólos en la misma habitación con el fuego, ni aunque
sea un instante. Recordad que la seguridad es lo primero.
8.Hacer unas galletas de Navidad
Unos moldes de abeto o estrella y una sencilla receta de galletas de mantequilla o de gengibre, harán que paséis un rato divertido pringando las
manos, mirando por la ventana del horno y esperando a tener el resultado del
esfuerzo. Si eres más habilidoso o creativo puedes decorarlas con un glaseado.
Hay cientos de recetas para decorar y crear tus propias galletas. Por si no se
te había ocurrido ya, con un vaso de leche fría tus galletas navideñas serán la
guinda perfecta para la noche a la luz de las velas.
9. Acercarse a ver los Belenes de
tu ciudad
Puede parecer una actividad poco estimulante desde el punto de vista
intelectual, pero la realidad es que contemplar las escenas y figuras de los
nacimientos hará que tus pequeños tengan que salir de casa (con lo que
oxigenarán su cerebro), posiblemente tengan que esperar alguna que otra cola
(con lo que tendrán que cultivar la paciencia), fijarse en los detalles del
nacimiento (con lo que tendrán que agudizar su atención focalizada) y
probablemente hacer un esfuerzo para volver a casa cuando comienza a aparecer
el cansancio (con lo que tendrán que hacer uso de sus persistencia). Todo
positivo en su justa medida, y además un precioso recuerdo de las Navidades
(por lo menos de las mías lo fue).
10. Visitar a alguien que se alegrará de
veros y no os espera
Esta es mi tradición favorita de toda la Navidad. Cada año, vamos por
sorpresa a casa de algún amigo o familiar que sabemos que no tiene mucha
compañía en estos días. No se si es buena idea presentarse en casa de alguien
con tres niños pequeños pero si conocéis alguien que se pueda sentir solo,
probadlo, para algunas personas puede ser un momento muy especial de su
Navidad. Es realmente bonito para la persona que recibe la visita como para el
que la da. Algunos consejos prácticos incluyen aparecer por sorpresa, ir más
bien pronto por la mañana o después de comer (antes de que la persona haya
salido de casa), enterarse bien de los días que está fuera de la ciudad y
llevar un pequeño regalo para dejarlo en la puerta por si resulta que
finalmente no le encontramos en casa.
Por Álvaro Bilbao – Autor de “·El cerebro del Niño explicado a los padres” Plataforma
Editorial
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