Comparto con vosotros esta reflexión sencilla, directa y muy educativa, sobre todo para aquellos que estamos metidos en el mundo de los niños: padres y maestros, porque de nosotros en cierta medida depende su futuro, y la etapa que ahora están viviendo es de gran importancia para formarse como personas.
Los tres pilares básicos en la educación de los niños
Las prisas, el estrés, la
sobrecarga de trabajo... a menudo los padres sentimos que nos falta tiempo.
Tiempo para dedicar a los hijos y para
reforzar esos pilares básicos que
formarán en gran parte el adulto en el que algún día se convertirán. Pero...
¿cuáles son esos pilares?
Los
tres pilares básicos de la educación infantil
Existen muchos vacíos hoy en día, relacionados muchas
veces con un mal asentamiento de los pilares básicos. Vemos muchos adolescentes y
jóvenes con problemas de conducta, vacíos existenciales y problemas
para manejar sus emociones. Vemos muy poca
tolerancia a la frustración, muy poca paciencia, mucho
consumismo y poco respeto. Vemos falta de perseverancia y esfuerzo y mucha
dependencia emocional hacia otras personas. Vemos todo esto y yo me pregunto...
¿no tendrá que ver con que un día no dedicamos suficiente tiempo en afianzar
estos pilares básicos? ¿No será porque existe algún agujero en ellos?:
1.
Los valores: Valores como el respeto, la
perseverancia, el esfuerzo, la solidaridad, la paciencia, la
humildad, la bondad... la empatía. Valores que forman la integridad de una
persona y nos aportan sin saberlo fortalezas y habilidades sociales. Nadie nace
con un pequeño saquito de valores debajo del brazo. Los valores se aprenden y
los padres somos los principales 'maestros' en este campo. Recuerda que a
menudo más que las palabras, se educa con la actitud y el ejemplo. Los niños
observan, claro que observan, y copian los valores que ven en sus padres. Si
saludas, perdonas, respetas... ellos también lo harán.
2.
La fe o creencia en algo: Creer en uno mismo, creer en los demás, creer en un
sueño, creer en un Dios. Creer en algo, en alguien. Creer, sin más.
La fe en algo o en alguien es un generador constante de ilusión y fortalezas.
3.
Esperanza: Sin
esperanza no hay progreso. ¿Para qué avanzar en algo si esperas que vaya a
funcionar? ¿Para qué creer en un sueño si no estás seguro de conseguirlo? ¿Para
qué perseverar si no crees que se puede lograr? Genera en tu hijo ilusión y esperanza
y luchará por aquello que cree.
A menudo nos preguntamos el por qué de
la escasa empatía, de la tendencia a la depresión, del sentimiento de
frustración permanente...del sentimiento de vacío.... Dedica el escaso tiempo
que tengas a cincelar con mimo y esmero esos pilares en tu hijo y en darle
herramientas para manejar sus
emociones y verás como crecer mucho más seguro en sí mismo y en
los demás.
Estefanía Esteban Responsable
Multimedia
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