Otro de los artículos interesantes que tenía recogidos, es este que hoy os dejo. Nos da una serie de "consejos" para que nuestros pequeños nos entiendan, tanto a nivel oral como a nivel corporal. Muchas veces repetimos las cosas, las complicamos más de la cuenta, lo decimos y expresamos de forma incorrecta y queremos que nuestros niños nos entiendan. Por ello os dejo aquí este artículo, merece la pena leerlo e intentar ponerlo en práctica para que nuestros niños nos entiendan y comprendan.
(( siento no deciros de donde lo saqué, es de hace ya tiempo ))
Un saludo.
Las palabras y los gestos son claves para hablar
con los niños. Alcanzar una buena comunicación con los pequeños puede resultar,
sin embargo, difícil. Por eso, aunque cada niño es distinto, y el contacto
requiere reglas particulares, conviene tener en cuenta algunas pautas en el
momento del diálogo, como ser concretos, claros y simples, asegurarse de que el
pequeño escucha, evitar las amenazas y escucharle con atención. La comunicación
con los niños a veces es complicada. Puede resultar difícil establecer los
canales del diálogo para expresar de la manera más adecuada lo que se quiere
decir, con objeto de que el niño reciba el mensaje y lo interprete de forma correcta.
Además, la comunicación no está constituida solo por palabras, sino también por la expresión corporal: miradas, sonrisas, gestos, abrazos, silencios. Todo esto se debe tener en cuenta al procurar mejorar la comunicación. Por supuesto, cada persona es diferente, de ahí que las distintas técnicas deban adecuarse a cada niño y, en particular, a la relación que el padre o la madre establecen con su hijo. A continuación, se muestra un decálogo de consejos para lograr una mejor comunicación con los pequeños.
1. Mensajes concretos y sencillos
2. Asegurarse de que el niño escucha
3. Pedir las cosas de una forma simple y concisa
4. Ser amable y correcto al hablar
5. Detallar al niño las consecuencias de sus actos
6. Dar oportunidades y no amenazar
7. Dar al niño la posibilidad de recapacitar
8. Ponerse al nivel de sus ojos
9. Gratificar al niño cuando se porta bien
10. Escuchar con atención
1. Mensajes concretos y sencillos
"A veces se nos olvida que nuestros hijos,
sobre todo si son pequeños, tienen un tipo de pensamiento muy concreto,
mientras que los adultos tendemos a expresarnos con términos más vagos y
abstractos", describe la psicóloga especializada en temas de infancia
Amelia Fuentes Valenzuela, coordinadora del Máster de Psicología Infantojuvenil
de la Asociación Europea de Psicología Clínica Cognitivo Conductual (AEPCCC).
"Les decimos 'pórtate bien', en lugar de
'no tires la comida al suelo', que es más concreto", añade la
especialista. El adulto tiende a no marcar los objetivos de una forma clara.
"Se nos olvida transmitir nuestras expectativas en un lenguaje que ellos
puedan entender", explica Fuentes Valenzuela.
2. Asegurarse de que el niño escucha
Es importante mirar a los ojos del niño cuando
se le habla y tomarse unos segundos para saber que ha entendido. Si el pequeño
está ocupado haciendo algo, lo aconsejable es llamarle por su nombre y esperar
a que mire al mayor que le habla. De este modo, se ahorra tiempo, se evita
tener que repetir un mensaje y, sobre todo, se previenen frustraciones.
3. Pedir las cosas de una forma simple y concisa
Los niños suelen esforzarse para llevar a cabo
una orden que reciben. "Sin embargo, es difícil para ellos recordar una
serie de pedidos, de modo que los adultos que mejor se comunican con ellos son
quienes les hacen pedidos sencillos", explica la doctora Valia Vincell,
especialista en el desarrollo de niños, en su documento 'Estrategias exitosas
para hablar con niños pequeños', publicado por la Universidad de Virginia (EE.
UU.).
4. Ser amable y correcto al hablar
Los niños aprenden sobre todo con el ejemplo.
Las palabras amables les hacen sentir bien y les enseñan cómo se debe hablar.
Mientras que las palabras bruscas, además de hacerles sentir mal, forjan en
ellos ese mismo carácter y les predisponen a comportamientos similares.
Expresiones como "por favor" y "gracias" se incorporan de
manera natural a su vocabulario, si forma parte del trato que ellos mismos
reciben.
5. Detallar al niño las consecuencias de sus actos
Esto es importante al momento de pedir al niño
que haga algo o, por el contrario, de solicitarle que no haga. Si el niño no
recibe ninguna explicación, la decisión le puede parecer arbitraria y generarle
deseos de desobedecer. En cambio, cuando se le explica que "si hace esto,
sucederá aquello", sabrá el por qué y podrá entender lo bueno y lo malo de
su conducta.
6. Dar oportunidades y no amenazar
Una consecuencia no es una amenaza, explica
Fuentes Valenzuela. "Una amenaza es algo que posiblemente no voy a
cumplir, y eso lo sé yo y lo sabe mi hijo, por lo que no lo tomará en
serio", señala. Una consecuencia, sin embargo, es algo que tanto el adulto
como el niño saben que sucederá si actúa de una determinada manera.
7. Dar al niño la posibilidad de recapacitar
Puede ser útil contar hasta un número
determinado (siempre el mismo), de manera que el pequeño sepa que cuenta con
ese tiempo para pensar, recapacitar y cambiar de actitud.
8. Ponerse al nivel de sus ojos
Siempre que sea posible, es muy bueno que el
padre o la madre sitúen su mirada al mismo nivel que la del niño, para hablar
con él. Esto es porque el contacto visual mejora la comunicación y, de esa
forma, el pequeño podrá sentirse más cerca y empatizar mejor con los gestos del
adulto que le habla, a quien ya no verá como un gigante que le habla desde las
alturas.
9. Gratificar al niño cuando se porta bien
Sobre todo, si ha cumplido con algo que no le
apeteciera demasiado hacer. Por supuesto, no se habla de gratificaciones
materiales (aunque también podría ser en situaciones puntuales). Consiste, más
bien, en ofrecerle felicitaciones, gestos de aprobación y cariño, como pueden
ser una sonrisa, una caricia o un abrazo.
Por el contrario, en caso de que el pequeño no
obedezca o no cumpla, se debe producir la consecuencia de la que se ha
advertido. Esto último es importante, puesto que, de no ser así, lo que se
reforzará es la conducta de desobediencia y esta será más probable en el
futuro.
10. Escuchar con atención
Los niños necesitan sentirse escuchados, poder
compartir con los mayores sus descubrimientos, sus ideas y sus historias.
Además, hablar les sirve para conocerse a sí mismos. Los padres deben tratar de
prestar atención. Pero, en caso de que no puedan, es un grave error fingir que
se escucha: si el pequeño descubre que ha sido víctima de un engaño (y no es
difícil que esto ocurra) puede llevarse una gran decepción.
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