Las tres áreas de desarrollo
La mayor parte de las habilidades y
capacidades clave que se aprenden en la primera infancia se puede incluir en una
de las tres principales áreas de desarrollo: desarrollo físico,
desarrollo cognitivo o desarrollo social y emocional. Aquí podrás conocer
mejor cada una de estas áreas:
Desarrollo físico
Pequeños cuerpos en construcción
Las habilidades físicas son una parte
importante de la infancia, ya que abren el camino a los demás tipos de
aprendizaje. Las habilidades físicas incluyen:
- Habilidades sensoriales: el oído, la vista, el tacto, el gusto y el olfato: los sentidos son
las primeras ventanas al mundo exterior que ayudan a tu hijo a activar
ciertas áreas de su cerebro.
- Motricidad gruesa: durante los primeros años de vida, los niños se enfrentan a grandes
retos físicos y desarrollan la motricidad gruesa a medida que crecen.
- Motricidad fina: desde coger un juguete a sujetar un lápiz, el desarrollo de la
motricidad fina ayuda a superar con éxito la etapa escolar y futuros
desafíos.
- Equilibrio y coordinación: Sentarse, andar, correr... Los niños dedican mucha energía a
desarrollar el equilibrio y la coordinación.
Desarrollo cognitivo
Mentes curiosas y sorprendentes
¿Cuál es la mejor manera de aprender?
Sin duda, mediante el juego. Resulta asombrosa la capacidad cognitiva que
pueden llegar a desarrollar los niños durante sus primeros años. Las habilidades
cognitivas incluyen:
- La curiosidad: estimular el sentido
natural de la curiosidad, el descubrimiento y la admiración ayudará a tu
hijo a querer aprender cosas nuevas cada día.
- La capacidad de resolución de problemas:
¿Cómo funciona? Llegar a entender cómo funcionan las cosas, ya sean retos
sencillos o complejos, es una de las partes más divertidas del juego.
- La imaginación: preguntarse "qué
pasaría si". Soñar nuevas maneras de ver el mundo. Ser capaz de
imaginar y crear. Estas son algunas de las habilidades de los grandes
pensadores.
- Conceptos básicos de aprendizaje: desde las letras a la lectura, o desde los números a contar objetos,
los primeros años de juego sirven para sentar las bases de conocimientos
imprescindibles para la escolarización y el resto de la vida.
Desarrollo social y emocional
Personalidades seguras de sí mismas
Saber expresar ideas, compartir y
escuchar son algunas de las habilidades sociales que se adquieren mediante el
juego, que a su vez también estimulan el bienestar emocional.
- Atención auditiva: la capacidad de escuchar empieza a desarrollarse ya en el vientre
materno. Todo son ventajas cuando un niño sabe escuchar (¡y hablar!).
- Expresión personal: sentirse bien con uno mismo y saber transmitir los pensamientos a
los demás son habilidades esenciales que se desarrollan de forma natural
mediante el juego.
- Compartir y cooperar: turnarse y llevarse bien con los amigos requiere paciencia y
práctica, ¡pero hacerlo mientras se juega resulta más fácil y divertido!
- Seguridad y felicidad: Un niño que juega es un niño feliz. A fin de cuentas, todos los
padres quieren que sus hijos sean felices y se sientan seguros, ¡ahora y
cuando sean mayores!
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