comparto con todos vosotros está tabla de DISCIPLINA para aplicar a nuestros pequeños, Disciplina siempre positiva claro está, de la página web de Guía de Infantil. Es algo orientativa como en todas las tablas que vemos por la red, luego ya depende de nuestros hijos, de nuestro entorno y como no, de nosotros mismos.
Un abrazo de aquí para allá.
Cómo aplicar disciplina a nuestros hijos por edades
¿Cuándo podemos comenzar a aplicar disciplina a
nuestros hijos? Muchos padres piensan que sus
bebés no pueden aprender o asumir ciertas reglas y se relajan en cuanto a
la aplicación de normas en casa. Cuando el
niño ya tiene 4 o 5 años, se ha hecho con el mando de la situación y cambiar su
actitud es más complicado.
Se puede aplicar disciplina a los niños desde las
primeras etapas y además es lo mejor para que en casa haya una armonía y un
orden. De hecho, todos los psicólogos con los que he hablado me cuentan que en
su consulta el principal problema que encuentran entre padres e hijos es la
ausencia de disciplina en los niños.
Tabla
para ayudarnos a aplicar disciplina a los niños por edades
Saber
que podemos y debemos aplicar disciplina a los niños desde sus primeros años es
importante, esta tabla por edades nos ayudará a conseguirlo.
Niños de 0 a 2 años:
es una etapa de descubrimiento, de exploración y curiosidad. El desafío por
moverse y hacer cosas por ellos mismos es enorme. En esta etapa los niños
desconocen el peligro, por lo tanto, nuestra labor de disciplina hacia ellos ha
de estar centrada en la prevención para evitar accidentes, tanto en casa como en el
parque.
Las
rabietas o berrinches han de ser controlados mediante el consuelo y, sobre
todo, la distracción en las primeras etapas y después hemos de ignorarlas y no
ceder al "chantaje". Hemos de minimizar las luchas por el poder y
siempre expresarle lo que esperamos de ellos sin gritar. Todavía son pequeños
para aplicar el tiempo fuera, pero sí ayuda retirarlo de la situación para
ayudarle a calmarse. No debemos sobreestimularles y sí incentivarles para
colaborar con nosotros.
Niños de 3 a 4 años: ya son más independientes y esto les llena de
orgullo, aunque a su vez tienen más ganas de probarse a sí mismos. Pueden ser
frecuentes los enfados o berrinches. También es la etapa en la que se pueden
sentir frustrados por pequeñas cosas. Debemos poner normas y límites, pocas y muy sencillas.
Ya pueden comprender que, si hacen algo mal, tendrá una consecuencia. Por lo
tanto, podemos aplicar las consecuencias educativas.
Para ello debemos avisarle y explicarle lo que ocurrirá si se comporta mal,
siempre poniendo ejemplos porque "portarse mal" es un concepto
demasiado amplio para ellos. Las consecuencias han de ser cortas, concisas e
inmediatas, no podemos castigarle un día entero sin televisión pero sí unos
minutos sin jugar.
Niños de 5 años: han
ido conociendo poco a poco las consecuencias a sus actos, por lo tanto emerge
el sentido de conciencia. Pueden seguir las reglas e incluso ayudar con tareas
en casa pero es normal que intenten llevar las situaciones al límite para
conseguir lo que desean. Pueden controlar mejor sus impulsos y rabietas aunque pueden tener algún
estallido de rabia en alguna ocasión.
Podemos
comenzar a hacerles entender qué es la empatía, el efecto que causan nuestras
acciones sobre los demás, enseñarles a ponerse en el lugar del otro. Hemos de
continuar aplicando consecuencias educativas a las malas acciones. Podemos
utilizar el "tiempo fuera" ante un mal comportamiento o una rabieta.
Niños de 6 a 7 años: están desarrollando sus habilidades
sociales y se están iniciando en las académicas. Han de
aprender a autocontrolarse no sólo en casa, sino también en la escuela. Han de
saber que no tiene que pegar, gritar o molestar a los compañeros, en
definitiva, aprender a relacionarse con sus iguales de forma amable.
En esta etapa los niños funcionan mejor con refuerzos positivos, es decir, no sólo
elogiarle si hace sus tareas o cumple con lo que le pedimos, sino además poner
pequeños premios alcanzables, por ejemplo, "cuando termines todas las
tareas, jugamos un rato juntos a hacer construcciones".
Hemos
de comenzar a aplicar disciplina a los niños de prevención y no sólo para
corregirles, es decir, encontrar soluciones a los posibles conflictos que
puedan presentarse y no sólo a reprenderle cuando haga algo mal. Cumplir con
nuestra palabra cuando ponemos una consecuencia es fundamental para aplicar
disciplina a los niños.
Niños de 8 a 10 años: en esta etapa ha de tener ya asumida cuáles son
las normas y límites que imponemos en casa, y en el colegio su desafío será
encajar en su grupo de amigos.
Conoce
las diferencias entre lo que está bien y lo que está mal, pero es importante
que mantengamos un diálogo ante un mal comportamiento, el niño querrá discutir.
Nosotros tendremos que hablar de lo que hizo e intentar encontrar el por
qué.
Querrá negociar, eludir sus tareas y en ocasiones se mostrará
desmotivado. Nosotros podemos darle opciones si quiere negociar, no haremos sus
tareas si las deja inacabadas e intentaremos reforzarle para mantener el
esfuerzo. Los privilegios los tendrá por un buen comportamiento.
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