El problema de los niños de hoy en día es la ausencia
de valores
Cuanto antes nos demos
cuenta de lo que ocurre con nuestros niños, mejor. No existe un pasado mejor ni un futuro peor. Existe un presente, y es el
que tenemos. Ni mejor ni peor: diferente. Antes eran las peleas de pandillas y las
notas amenazantes en la mochila. Ahora, las peleas en el chat de una red
social, aunque sea en grupos privados. Antes se escondían las revistas 'para
adultos' bajo el colchón. Ahora, observan escenas 'subidas de tono' en los
vídeos musicales (a veces, a escondidas).
Debemos entender en
qué mundo vivimos. En ese aspecto, nada es muy diferente, sino que ha cambiado
el entorno y los vehículos de transmisión de la información. Sí, ahora la
avalancha de información es mayor, y los controles parentales más complejos.
Pero además, lo que sí está cambiando, desgraciadamente, es el uso de la única
herramienta que de verdad guía a nuestros hijos por un camino ético y adecuado: los valores. Sí, por mucho que nos duela reconocerlo, el problema de los niños de hoy en
día es la ausencia de valores.
Por qué el problema de los niños de hoy
en día es la ausencia de valores o los valores tergiversados
Siempre han existido abusones. Siempre víctimas.
Niños más tímidos y otros más lanzados. Niños más inocentes y otros más
'maduros'. Niños que con 10 años intentaban ver esa película no apta para
menores de la que tanto hablaban los adultos... o niños que en la esquina de la
calle se insultaban e incluso llegaban a las manos (muchos dirán que menos...
tal vez era porque muchos casos nunca llegaban a conocerse).
Sin embargo, los niños
de antes, los que ahora tenemos hijos, teníamos
algo que empieza a fallar en nuestros hijos: una escala de valores. Algunos niños no saben
ni qué es eso. ¿Qué es perseverancia? ¿Qué es empatía? ¿Respeto? ¿A quién? Nos
perdemos entra tantas escuelas educativas, tantas teorías, tanto 'derecho del niño',
tanta libertad, tanta demagogia... Y además no tenemos tiempo. Tiempo para
hablar de verdad con ellos, para interesarnos por lo que piensan, lo que
sienten... Tiempo
para jugar con ellos (si, los padres pueden y deben jugar con sus hijos).
'Las cosas claras y el
chocolate espeso', que decía mi abuela. Valores. Las cosas claras. Alguien con valores, a pesar de sus tropiezos, sus dudas, su curiosidad
hacia algunas 'tentaciones', al final, sabrá continuar por buen camino. Y para que no quede
duda, aquí tienes una lista con los valores que siempre deben reinar en el
hogar:
- Respeto. Y aquí no
hablo de tener miedo a los padres. Respeto, que no miedo. No se trata de
usar el castigo físico. El respeto se consigue con vínculo, con ejemplo y con
respeto. Pero también con normas y límites muy claros. Nada de dudas. Esta es
la norma y punto. Los niños verán que sus padres se mantienen firmen en sus
decisiones y no perderán credibilidad. Y por supuesto, respeto a los demás.
Respeto a sus iguales. Que al fin entiendan ese 'no hagas al otro lo que no
quieres que te hagan a ti'. Así de simple. Y sí, padres de hijos 'chinchones':
el chinchar o molestar constantemente al otro es también una forma de agresión
y de falta de respeto. También el insultar y el menospreciar.
- Empatía. Es cierto que hay niños que ya de por sí tienen más empatía que
otros. Son más sensibles a su entorno. Otros, sin embargo, más introvertidos,
se encierran más en su mundo. Pero la empatía puede fomentarse. Utiliza mucho la
comunicación. Pero la comunicación de emociones. Tal vez, las personas con poca
empatía es porque tengan en el fondo un problema para reconocer y canalizar las
emociones. Practica y ejercita la inteligencia emocional. Sí, tu hijo debe
enfrentarse a todas las emociones: debes dejar que esté triste, que esté
enfadado, que se sienta frustrado, que tenga miedo y por supuesto, alegría.
- Tolerancia. Tu hijo no vive solo en el mundo. Debe aprender desde pequeño a
convivir con el resto. La tolerancia y respeto a las diferencias (sí,
también opiniones) es esencial. Seguro que muchas veces tu hijo salió del
colegio quejándose de algún compañero por su forma de ser. Bien, ahí entras tú.
Si la queja no es por un comportamiento agresivo, si es solo porque no le gusta
cómo juega o cómo habla...si es porque no le gusta su forma de explicar las
cosas... ahí estás tú para explicarle que es un deber respetar la forma de ser
de los otros. Sin más.
- Coherencia. No puedes exigir algo a tus hijos que tú no cumples. O pedir una cosa
y al día siguiente otra totalmente diferente. Usa el sentido común.
- Sinceridad. Si eres el primero que miente a tu hijo, él entenderá que la mentira es algo
aceptable. Ante todo, debes conseguir que entienda que la sinceridad te hace sentir
bien contigo mismo y con los demás. También te ayudará a ganarte respeto.
- Gratitud. Ser
agradecido ayudará a tu hijo a potenciar la amistad y a que le valoren más. Y ya
sabes que la mejor forma de inculcar este valor es el ejemplo. Puedes sugerir a
tu hijo que empiece a agradecer a sus amigos lo que hacen por ellos mediante
dibujos, mensajes de agradecimiento... Verás el resultado que tiene.
- Humildad. Muchos de los problemas de hoy en día, relacionados con la violencia
infantil, tiene que ver con la prepotencia, la falta de humildad. Son niños que
o bien quieren llamar la atención de forma desesperada por una ausencia
tremenda de cariño, o porque han sido tan sobrevalorados y sobreprotegidos, que
se creen de verdad por encima de los demás. Cuidado. Nadie es más ni menos. Y
todos cometemos errores. La grandeza está en saber reconocerlos, que nada tiene
que ver con
agachar la cabeza en absoluta sumisión. Es lo que tu hijo debe entender.
Sin duda, existen otros muchos valores importantes: el esfuerzo, la perseverancia, la paciencia...
Todos son importantes. Pero tal vez, para la convivencia con los demás, los que
hemos resaltado, sean los más esenciales.
No esperes que el
colegio se encargue de todo esto. No son ellos. Eres tú. Tú el que debe enseñar a tu hijo a respetar, a tolerar y a mostrar empatía
hacia los demás. Cuando son pequeños, puedes utilizar el juego. Juega con él y
enséñale mediante los juegos algunos valores.
Cuando sean más
mayores, aprovecha el vínculo que has creado desde que era pequeño. Ellos te
admiran, te quieren y no quieren defraudarte. Enséñales con el ejemplo y
tendrás mucho camino hecho.
Responsable Multimedia
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