Cariño, comprensión, normas, límites, aprendizaje, estudios, amigos...
Sí, todo estos es importante para un niño. Pero, ¿en qué medida? ¿En qué orden?
¿Cuáles debemos priorizar? El psicólogo Abraham Maslow explicó en 1943,
mediante una pirámide cuáles deberían ser nuestras prioridades en la
vidapara sentirnos realizados, felices. ¿Se podría aplicar también a
nuestros hijos? ¡Lo analizamos!
La pirámide de Maslow dice que estas deberían ser nuestras prioridades
según su relevancia, nuestras necesidades, y también, las de nuestros hijos. Se
reparten en cinco categorías, de forma que deberíamos prestar más
atención a la base e intentar llegar a la cúspide sin pasar por encima
de ninguna de las otras capas:
1. La base: Se refiere a la salud. La prioridad siempre debe ser
garantizar una buena salud, física y psicológica. Esto incluye la eliminación
de estrés. Encontrarse bien y tranquilo debería ser nuestra prioridad y la
prioridad para con nuestros hijos. En la base de las necesidades podríamos
incluir:
- Cuidar su
alimentación.
- Asegurarnos
de que descansan bien, de que duermen las horas que les corresponde según
su edad
- Que
están hidratados, que beben suficiente agua.
- Asegurarnos
de que se desarrollan de forma adecuada, sin problemas, acudir al pediatra
cuando sea necesario, al dentista, al oftalmólogo...
2. Segunda capa: Seguridad. Crear un vínculo con los hijos y
ofrecerles seguridad y afecto, sería la segunda fase de necesidades básicas
para los niños. Aquí se incluye:
- Cariño,
amor y protección. Igual que los adultos buscamos seguridad, para los
niños es una necesidad primordial.
- La
familia, por supuesto, forma parte de esta segunda capa. Para un niño, la
familia es seguridad y protección. Recuerda que no hay nada que asuste más
a un niño que el abandono, la soledad y la inseguridad. Es esencial para
un buen desarrollo y crecimiento personal.
- Y en
esta segunda capa se encuentran también los valores, los límites y
las normas. Los valores, los límites y las normas, aportan seguridad emocional
a los niños, una guía, un camino que les dirige de forma segura en una
dirección.
- El
colegio, para los niños y el trabajo para los adultos. El aprendizaje es
para los niños una necesidad básica, igual que para sus padres lo es el
trabajo.
3. Tercera capa: Amistad, relaciones con los demás. Sí, la
amistad es un valor esencial, pero en esta capa de la pirámide, Maslow no se
refiere al valor en sí, sino a las relaciones que vamos creando con los
demás. Por ejemplo, los compañeros de colegio, los vecinos con los que el niño
juega o los niños con los que ha entablado una mayor amistad. Las relaciones
sociales son muy importantes también, tanto para los niños como para los
adultos.
- Creación
de vínculos más allá de la familia.
- Participación
en actividades extraescolares.
- Formar
parte de equipos o determinados deportes.
- Formar
parte de asociaciones, grupos de teatro...
- Sentirse
aceptado por los demás.
4. Cuarta capa: Autoestima y reconocimiento. En este aspecto, es una necesidad
básica el sentir una buena autoestima y reconocimiento por parte de
los demás. Es importante ayudar a nuestro hijo a potenciar la autoestima y la
confianza en sí mismo para que pueda llegar por fin a la cúspide de la
pirámide. Para ello, podemos ayudarles de esta forma:
- Quererse
a sí mismo. Tu hijo debe aceptarse y quererse como es, con sus
limitaciones e imperfecciones.
- Motivación:
No olvides motivar a tu hijo a superar nuevos retos. La ilusión y la
motivación son motores del aprendizaje y el esfuerzo.
- Reconocimiento
de los triunfos. No olvides los elogios y los refuerzos positivos en todo
lo que haga bien y en sus grandes esfuerzos.
- Superación
de obstáculos. Ayúdale a superar obstáculos y dale herramientas para
aprender a solucionar conflictos.
- Tolerancia a
la frustración. No conseguirá superar retos con una baja tolerancia a la
frustración. Enseña a tu hijo a enfrentarse a las derrotas y caídas.
5. Cúspide, cima: Los sueños. Una vez atendidas todas las
necesidades básicas está el gran objetivo, que no es otro que nuestros grandes
sueños... Esa profesión que tanto le gustaría practicar a tu hijo, convertirse
en un gran escritor, luchas para acabar con las injusticias... Todo lo que
tu hijo sueñe. Eres su gran aspiración. Pero no podrá llegar a ellas si
descuidamos las otras necesidades.
En realidad, esta teoría, que es muy antigua, se basa en gran medida en el
sentido común. Nunca podremos alcanzar nuestros sueños ni sentirnos
completamente realizados si nos falta seguridad, cariño, si tenemos algún
problema se salud o no nos aceptamos a nosotros mismos. Ayuda a tu hijo
a auto realizarse de la mejor forma posible, respetando siempre sus
necesidades más básicas.
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