Bon après-midi et
triste .... mais la vie continue ...
Interesante artículo sobre las Emociones... aquellas que pasan desapercibidas hasta que las sentimos,vemos, percibimos....
La ciencia ha demostrado que el cerebro humano es plástico. El cerebro
humano se adapta a la actividad que la persona realiza y puede cambiar su
estructura de forma visible. El cerebro se va esculpiendo a lo largo de la vida
con lo que la persona siente, piensa y hace. Y esta plasticidad del cerebro es
especialmente importante en los primeros años de vida.
Uno de los grandes estímulos de realizar un trabajo de doctorado es
poder analizar estudios realizados en diversas ramas científicas. Aportan
resultados que pueden resultar sorprendentes, como el que expongo: en educación
las emociones sí importan.
El cariño puede acelerar el crecimiento del cerebro. El afecto hacia los
niños puede determinar de manera muy significativa su desarrollo. Y si la
actitud afectiva influye en la formación del cerebro, es un aspecto que la
educación debe tener en cuenta.
Resulta más importante el modo de educar en los primeros años de vida que
en etapas posteriores. Los primeros años de vida de los niños van a
ser decisivos para determinar su futuro. La educación que reciban en este
período va a ser vital. Y debemos recordar que la educación la reciben a través
de una doble vía: la educación formal en la escuela y la educación no formal en
su entorno directo, básicamente la familia.
Desde la neurociencia y desde la economía de la educación, me permito
destacar dos aspectos de la educación no formal que resultan determinantes en
el desarrollo de una persona.
El cariño influye en el desarrollo del hipocampo
La familia influye en el desarrollo del lenguaje
Por ello… las emociones importan
El cariño influye en el desarrollo del hipocampo
La neurociencia nos ha mostrado que el cerebro es un órgano plástico y
moldeable. La interacción de los adultos con los niños y el cariño que se les
dedica es determinante en el desarrollo de su cerebro.
El profesor de neurobiología de la Universidad McGill Michael Meaney
demostró, con sus investigaciones, cómo influye el cuidado de las madres en el
cerebro de sus crías. El experimentó se realizó con ratas. Las
madres ratas que lamían más a sus crías provocaban cambios en ellas que
se traducían en la generación de más neuronas y en un mayor desarrollo de la
parte del cerebro que regula la memoria o el aprendizaje (hipocampo).
Lo mismo se demostró unos años más tarde con humanos en un estudio llevado
a cabo en por la Dra. Joan Luby en la Universidad de Washington, demostrando la
influencia que tiene el cariño en el desarrollo del cerebro humano.
Es la denominada plasticidad cerebral y pone de manifiesto la
capacidad del cerebro de cambiar según la experiencia vivida.
El cariño puede acelerar el crecimiento del cerebro. Por ello, más allá de
contenidos académicos tradicionales, de enseñar a leer, de enseñar a sumar y
restar… las investigaciones nos muestran que el afecto es un instrumento
enormemente poderoso en el desarrollo cerebral y cognitivo de los niños.
La familia influye en el desarrollo del lenguaje
Otra prueba de cómo afecta el entorno del niño en su educación nos la
ofrecen los estudios de James Heckman, premio Nobel de Economía del año
2000, sobre la calidad del ambiente educativo familiar.
Entre sus múltiples trabajos, encontramos un estudio sobre la influencia de
la calidad educativa en la familia. Heckman ha proclamado siempre que la
primera causa de desigualdad entre las personas la constituye el “accidente del
nacimiento”. Nacer en una determinada familia condiciona enormemente el futuro
de un niño. Y dentro de sus investigaciones, ha demostrado que un niño que
crece en una familia con padres con formación universitaria escucha de media
2.153 palabras por hora. Un niño con unos padres con la formación obligatoria
escucha un promedio de 616 palabras por hora.
El impacto del tiempo pasado con los niños, así como el lenguaje que
escuchan van a incidir como factor que facilitará en mayor o menor medida su
formación. La habilidad en la comunicación y el modo de desarrollar
el lenguaje del niño está enormemente influida por su entorno. Y aunque en
el aula todos los niños escuchan lo mismo, fuera del aula las diferencias son
significativas.
Son tan solo dos ejemplos de cómo la educación va más allá de los
contenidos académicos –a los cuales no niego su razón de ser-. Sabemos, como
sociedad, que existen otros aspectos que pueden llegar a ser muy
determinantes en el futuro de los niños. El hecho de que el cerebro sea
plástico tiene implicaciones educativas. Las emociones son reacciones que
contribuyen al desarrollo de la persona.
Por ello… las emociones importan
La Fundación Botín desarrolló, en 2008, un análisis internacional muy
completo sobre educación emocional. Sus conclusiones fueron claras: la
educación emocional afecta al desarrollo de los alumnos, ya que incentiva su
motivación, predispone a actitudes más positivas, mejoran sus relaciones y
obtienen mejores resultados académicos.
Para conseguir que un niño crezca, en toda la dimensión de la palabra, no
basta con la adquisición de conocimientos. Generar un clima emocional positivo
también va a influir en su desarrollo. Porque no hablamos de utopías, hablamos
de aspectos físicos cuantificables en nuestro cerebro. Si la educación debe ser
un proceso de aprendizaje para la vida, las emociones sí importan.
Investigadora y divulgadora en Educación e Iniciativa Emprendedora.
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