Lo ideal es empezar a trabajar la motricidad fina a partir de los
dos años, programando sesiones cortas con juegos simples para que el niño pueda
ejercitar sus dedos. Para ello podemos usar diferentes tipos de masas o
plastilinas para que pueda apretar, ya que de esa manera será más preciso con el
movimiento de sus dedos.
Después de conseguir este primer objetivo debemos realizar
un acercamiento al lápiz. Cuánto más pequeña sea su mano más grande deberá ser
el lápiz, por lo que es muy recomendable empezar con ceras ocrayons por su gran
grosor.
El niño puede practicar en una hoja
pequeña o bien en una hoja grande, aunque la última es más recomendable para el
uso de ceras. Realizaremos 3 sesiones:
- · La primera semana realizará trazos rectos en una hoja.
- · La segunda semana deberá hacer trazos circulares.
- · La tercera semana hará trazos triangulares.
Lo importante es que el niño vaya
acostumbrándose a algo parecido a un lápiz poco a poco, y no debemos olvidarnos
de cerrar las sesiones con masa de modelar. Esta combinación será más que suficiente
para que dentro de poco tiempo el niño pueda ya coger un lápiz.
Cuando veamos que su mano se ha
acostumbrado bien podemos pasar a la siguiente etapa:
Primero debemos enseñar al niño en qué
posición deben estar los dedos en el lápiz. Si al principio le resulta algo
incómodo podemos utilizar varios trucos:
- · Uso de lápices triangulares
- · Adaptadores
- · Bola de porexpan y una goma elástica: agarramos la bola de porexpan y la rodeamos junto con el lápiz con la goma elástica para facilitar el agarre
- · Bola de porexpan atravesada con el propio lápiz
- · Usando una pinza de la ropa
- · Goma eva envolviendo el lápiz
Una vez que se hayan acomodado la mano y los dedos, el niño podrá utilizar
un cuaderno más pequeño, y lo mismo que hizo en las hojas grandes con las
ceras podrá hacerlo ahí para que se vaya adecuando a ese nuevo espacio. Lo ideal es usar un
cuaderno de rayas en este proceso.
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