domingo, 29 de mayo de 2016

Cuento: Adivina cuanto te quiero.

Buenas tardes de Domingo..... ((( esperando )))

Para hoy os recomiendo en esta entrada un cuento maravilloso, muy famoso y conocido, así que no lo podéis dejar de leer con vuestros pequeños. Se titula: Adivina cuanto te Quiero. Y nos cuenta la historia de Mama liebre y su hija pequeña, y de como "discuten" por saber quien quiere más a quien y trata de medir la liebre pequeña todo el amor que siente por su madre. 

Lo encontraréis en cualquier librería, y en internet en pdf, imágenes, vídeo y con actividades para completar el cuento. 

Por supuesto yo os recomiendo el cuento, para que los niños puedan pasar las páginas, ver las ilustraciones y jugar con él. 




Escrito por Sam McBratney, 

Acuarelas de Anita Jeram

Traducido al español por Esther Rubio 
y Teresa Mlawer

Publicado por Kokinos.

ISBN : 9788488342157

Desayunar bien para tener una educación mejor

Hay muchos niños que cuando van al cole prefieren dormir o ver la televisión a desayunar, no desayunan o comen algo rápido y mal. Esto es un gran error que los padres deben remendar lo antes posible porque resulta muy importante desayunar bien para tener una educación mejor, porque la alimentación está estrechamente ligada con un buen rendimiento académico.


Y es que el dicho que dice que el desayuno es la comida más importante del día es una verdad muy grande y debe tenerse en cuenta no sólo para los adultos sino también para la alimentación de los hijos, y sobre todo para aquellos que están en edad escolar.
El rendimiento académico y el comportamiento de los niños dependerá mucho de que desayunen bien por lo que deberán comer un desayuno equilibrado que incluyan proteínas, carbohidratos complejos, zumos naturales, etc. Porque con una buena alimentación por las mañanas los niños tendrán una mejor función cerebral.
Por este motivo resulta muy recomendable que como padres ayudéis a que los hijos tomen el hábito desde bien pequeños a tomar un desayuno bien equilibrado y que puedan afrontar el día con toda la energía posible para que puedan estudiar bien, rendir bien físicamente y sobre todo que se sientan estupendamente de forma anímica.
Para que los niños se animen a desayunar bien por las mañanas es una idea excelente que la presentación de los alimentos sea creativa para que les entre mejor por los ojos, puesto que si les gusta lo que ven podrán comer mejor y mucho más animados. No es necesario que coman sólo lo que le gusten, sino complementar una alimentación equilibrada con un bien aspecto, así también aprenderán a comer de todo.
Es muy importante evitar las grasas saturadas como la bollería industrial, es mejor utilizar alimentos como frutas, cereales integrales, avena, proteínas, fibra, etc.
Fuente desconocida


martes, 24 de mayo de 2016

Los niños mejor descalzos

Los niños mejor descalzos: tranquilos, no se van a resfriar por ello

Aunque durante muchos años se nos dijo a los padres que el mejor modo de que los pies de los niños se desarrollaran era con unos zapatos rígidos, a poder ser botas, que les cogieran el tobillo y les permitiera poca libertad la realidad es muy diferente. Vamos, que lo mejor es todo lo contrario, que vayan descalzos tanto como sea posible y que cuando haya que calzarles sea con zapatitos livianos que permitan que sus tobillos tengan total libertad de movimientos.

El motivo es que descalzos los pies se desarrollan mucho mejor, más fuertes, con un puente más elevado y un mejor aprovechamiento de las estructuras del pie. Descalzos, incluso en casa. ¿Que si no se van a resfriar? No, tranquilos, no se van a resfriar por ello.

El mejor desarrollo del pie por ir descalzos
Como ya hemos explicado en otras ocasiones, cada uno de los pies de nuestros hijos tiene 26 huesos, 33 articulaciones y más de 100 tendones, músculos y ligamentos. Esto nos hace ver que nuestros pies son una auténtica obra de “ingeniera evolutiva” diseñada para caminar por los terrenos más insospechados, actualmente completamente desaprovechados.

Están preparados para que podamos caminar por la montaña, entre piedras, zonas sinuosas, trepar árboles, etc., pues todas sus estructuras nos permitirían adaptarnos a todo tipo de terrenos. Sin embargo, desde pequeños los tapamos y aislamos con zapatillas con una cierta amortiguación, cerradas, o zapatos, y entonces no les dejamos que se ejerciten lo suficiente.
Fijaos hasta qué punto el mejor o peor desarrollo de los pies es determinante que, en Kenia, el país que forma a los mejores corredores de élite, los niños que ganan las carreras no son los que llevan zapatillas, sino los que van descalzos.

"Me da miedo que se resfríen"
Lo saben. Muchas madres saben que es mejor que los niños vayan descalzos por casa y sin embargo lo evitan. Les da miedo que el contacto de su piel con el suelo frío les vaya a provocar un resfriado por un viejo mito de la salud que dice que "los resfriados entran por los pies".
Pero no, los resfriados no entran por los pies, y los virus tampoco, así que los niños pueden ir perfectamente descalzos y no resfriarse.
¿No tiene sentido para vosotros? Pues ahora mismo lo explicamos: tal y como explica la pediatra Gloria Colli en su página web, los resfriados suceden por dos razones que deben darse a la vez: virus y frío.
Virus hay por todas partes todo el año. Pasan del tracto respiratorio de una persona al de otra persona de manera directa (al hablar, estornudar, toser, etc.) o de manera indirecta, a través de las manos, si tocamos superficies donde están los virus y nos las llevamos a la boca o la nariz. Esos virus se quedan en nuestras mucosas y, dependiendo de cómo responda el cuerpo, nos provocarán un resfriado o no.

Esto quiere decir que no siempre que un virus entra en nuestro cuerpo nos provoca infección. Si así fuera, estaríamos siempre enfermos.
¿Cuándo enfermamos con más facilidad? Pues cuando hace frío porque es más fácil que nos contagiemos en los lugares que hace más calor (salimos menos a la calle, estamos en sitios cerrados porque fuera hace frío y los virus aprovechan el calor y la falta de ventilación y renovación del aire para hacer de las suyas).

Luego salimos a la calle, con el virus en nuestra nariz y el frío hace de complemento perfecto: el frío provoca vasoconstricción en la mucosa de la nariz, habiendo una menor presencia de leucocitos (defensas), y provoca también un menor movimiento de los cilios, que hacen de barrera para disminuir el paso de gérmenes al tracto respiratorio. Por eso en invierno es más fácil que los virus nos provoquen resfriados.
Dicho de otro modo, si viviéramos en un sitio donde siempre hace frío y fuéramos descalzos, o sin ropa, pero no hubiera virus, no nos resfriaríamos. Y si viviéramos en un sitio donde hubiera muchos virus, pero no hiciera frío, nos resfriaríamos bien poco.

Así que si un niño sale descalzo a la calle o a la terraza en invierno, sí, seguramente se va a resfriar si tiene algún virus pululando por su nariz, pero no porque esté descalzo, sino por respirar aire frío. De esto se desprende que podemos dejar que vayan descalzos por casa sin ningún problema, incluso en invierno. Se resfriarán cuando les toque, pero no por ir descalzos.

En cualquier caso, si aún queda alguna madre (o abuela) a la que esto no la convence, siempre puede comprar calcetines antideslizantes.

lunes, 23 de mayo de 2016

Déjales que sean autónomos !!!!

Buenas tardes..... hoy os dejo este interesante artículo (( sobre todo la tabla de abajo )) en el que se nos habla sobre la autonomía en los niños y como podemos o debemos fomentarla. 

Es muy importante, siempre en su justa medida, dar responsabilidades a los niños, incluso con cierta dificultad, para que vayan superando retos y se vayan dando cuenta de que ellos solos pueden hacer más cosas de las que piensan, y si no salen o comenten algún error, no hay problema ahí estaremos para Ayudarles o Enseñarles a hacer las cosas; pero primero que lo intenten. 

Buenos espero que os resulte interesante. 

Un abrazo de aquí para allá. 


Déjales que sean autónomos: la tabla de Montessori para saber qué tareas pueden hacer en cada edad

 Son muchas las madres (y muchos los padres) que en algún momento dicen que no pueden más, que están agotados, que todo el día están recogiendo, limpiando y continuamente detrás de sus hijos para conseguir que todo esté en su sitio y mínimamente presentable.

Bien, no están solos... todos andamos más o menos igual. Sin embargo, gran parte del "trabajo" de los padres lo asumirían los hijos si se les diera la oportunidad de hacerlo. Es una cuestión de darles autonomía, de ponérselo fácil para que puedan colaborar y de hacerles partícipes de sus "destrozos" y "desórdenes".
Por eso hoy os decimos esto: "déjales que sean autónomos, para que así crezcan". Y para saber cuándo están capacitados os dejamos con la tabla de Montessori para saber qué tareas pueden hacer en cada edad.

Déjale que crezca
No forzar, pero sí permitir crecer
La tabla Montessori para saber qué tareas pueden hacer en cada edad

domingo, 22 de mayo de 2016

7 cosas que los Abuelos no deben hacer.

Buenas tardes de Domingo.... y volvemos con un artíuclo en el que se nos habla de 7 cosas que los abielos no debieran hacer, aunque lo hagan con toda sdu buena voluntad, pero como muy bien dice el artículo ... "ellos en algún momento también son los Padres de los nietos" y no por ello dejan de ser abuelos.

Aquí os lo dejo.



Los abuelos son las segundas figuras más importantes en la vida de cualquier niño después de los padres, y esto es algo muy importante por lo que los abuelos no quieren ser nunca un mal ejemplo. Para garantizar que los nietos sean felices en un entorno familiar acogedor y cálido, será necesario seguir algunos pasos como abuelo o abuela. Hay algunas cosas que los abuelos nunca deben hacer porque sería sobrepasar el límite de autoridad, algo que podría generar graves problemas de relación con los hijos.

1. Sugerir nombres para el bebé
La elección del nombre para un hijo es una experiencia muy personal para los padres y escuchar las opiniones injustificadas y poco acertadas de los otros es muy difícil. Unos padres no tienen que seguir la tradición familiar de poner el mismo nombre al hijo si no quieren hacerlo y tampoco tienen por qué poner el nombre de un familiar ya fallecido.

2. Expresar tu desaprobación delante de los nietos
No hay que expresar el desacuerdo o la desaprobación con los padres delante del nieto. Los padres siempre deberán tener la última palabra en cualquier cosa que tenga que ver con tu nieto. Los nietos no necesitan ver una guerra de voluntades y por eso, si quieres decir algo a tus hijos acerca de tus nietos, es mejor hacerlo en privado y cuando no hayan esos pequeños oídos escuchando.

3. Romper las reglas a escondidas
Aunque quieras hacerlo nunca deberás romper las reglas de los padres de tus nietos. Si una rabieta significa que es mejor esperar un poco antes de salir hacia al parque se sale, si la hora de ir a la cama es a las nueve de la noche, será esa la hora y no será otra. Si un padre o madre dice que el niño no puede merendar dos veces, no se puede y ya está. Tampoco las rompas en secreto. Si hay algo que piensas que puedes hacer para ser más flexible si estás a cargo de tu nieto, entonces deberás ser honesto con tus hijos para que ellos avisen a tus nietos. Así no se romperán normas, sólo serán acuerdos nuevos.

4. Obligar a tus nietos a tener tus mismas creencias
Obligar a los nietos a tener tus propias creencias porque piensas que de ese modo ‘seguirán el camino correcto’ es un grave error. Los padres y los abuelos pueden guiar a los niños, pero se les debe permitir a medida que van creciendo que determinen sus creencias políticas y espirituales por su cuenta. Es necesario desarrollar y potenciar su pensamiento crítico y que sean ellos quienes decidan.

5. Hablar mal de los otros abuelos
No importa cuál sea la relación que tienes con los otros abuelos de tus nietos. Aunque se vea claramente que tú eres mejor abuelo/a que el otro, tu nieto les amará por igual. Seguramente a medida que crezca se dará cuenta de las cosas pero no seas una persona celosa porque tiene buenas palabras por los otros abuelos.

6. Hablar mal de los padres
Nunca, ¡nunca! hables mal de los padres de tus nietos. Ni de tu hijo/a ni de su pareja. Ellos son sus padres y sólo por eso debes respetar sus decisiones aunque no siempre sean las más acertadas. Si tienes algún problema con ellos es importante que lo hables de tú a tú como adultos y que no uses a tus nietos para desahogar tus frustraciones emocionales.

7. Recuerda que también eres padre / madre
No sólo eres abuelo o abuela, también eres padre o madre y es muy importante para tus nietos que cuides la relación y tu vínculo afectivo con tus hijos adultos. Ellos también te necesitan y tus nietos podrán aprender un buen estilo comunicativo y una relación afectiva sana gracias a vuestro ejemplo.


martes, 17 de mayo de 2016

¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando juega?

Un niño sano es espontáneo, ruidoso, inquieto, emotivo y colorido
Un niño no nace para estar quieto, no tocar cosas, ser paciente o entretenerse a sí mismo. Un niño no nace para estar sentado, viendo la televisión o jugando con la tablet. Un niño no quiere estar callado todo el tiempo.
Ellos necesitan moverse, explorar, buscar novedades, crear aventuras y descubrir el mundo que les rodea. Ellos están aprendiendo, son esponjas, jugadores natos, buscadores de tesoros, terremotos en potencia.
Ellos son libres, almas puras que buscan volar, no quedarse a un lado, encadenarse o ponerse los grilletes. No los hagamos esclavos de la vida adulta, de las prisas y de la escasez de imaginación de sus mayores.
No los apresemos en nuestro mundo de desencanto, potenciemos su capacidad de asombro, garanticémosles una vida emocional, social y cognitiva rica en contenidos, en perfumes de flores, en expresión sensorial, en alegrías y conocimiento.


¿Qué pasa en el cerebro de un niño cuando juega?
Los beneficios que tiene el juego para los niños a todos los niveles (fisiológico-emocional, comportamental y cognitivo) no es un misterio. De hecho podemos hablar de múltiples repercusiones interrelacionadas que tiene:
·         Regula su estado de ánimo y su ansiedad.
·         Favorece la atención, el aprendizaje y la memoria.
·         Reduce la tensión neuronal favoreciendo la calma, el bienestar y la felicidad.
·         Magnifica su motivación física, gracias a lo cual los músculos reaccionan impulsándolos a jugar.
·         Todo esto favorece un estado óptimo de imaginación y creatividad, ayudándoles a disfrutar de la fantasía que les rodea.
La sociedad ha ido alimentando la hiperpaternalidad o, lo que es lo mismo, la obsesión de los padres porque sus hijos alcancen unas habilidades específicas que garanticen una buena profesión en el futuro. Se nos olvida, como sociedad y como educadores, que los niños no valen por una nota escolar y que al no cejar en nuestro empeño de priorizar los resultados estamos descuidando las habilidades para la vida.
El valor de nuestros infantes es el de pequeñas personitas que necesitan que los amemos de manera independiente, no se definen por sus logros o por sus fracasos sino por ser ellos mismos, únicos por naturaleza. Como niños no somos responsables de lo que recibimos en la infancia pero, como adultos, somos totalmente responsables de arreglarlo.

Simplificar la infancia, educar bien
Que cada persona es única es algo que solemos decir con frecuencia pero que realmente tenemos poco interiorizado. Esto se refleja en un hecho simple: establecemos una serie de reglas para educar a todos nuestros niños.
Realmente este es un error muy extendido y que no es para nada congruente con lo que creemos tener claro (que cada persona es única). Por lo tanto no es de extrañar que la confluencia de nuestra creencia y nuestra acción resulte conflictiva en la crianza.
Por otro lado, tal y como afirma Kim Payne, profesor y orientador estadounidense, estamos criando a nuestros niños en el exceso de, concretamente, cuatro pilares:
·         Demasiada información.
·         Demasiadas cosas.
·         Demasiadas opciones.
·         Demasiada velocidad.
Estamos impidiéndoles explorar, reflexionar o liberarse de las tensiones que acompañan a la vida cotidiana. Estamos atiborrándolos de tecnología, de juguetes y de actividades escolares y extraescolares, estamos distorsionando la infancia y, lo que es más grave, estamos impidiéndoles jugar y desarrollarse.
En la actualidad los niños pasan menos tiempo al aire libre que la gente que se encuentra en prisión. ¿Por qué? Porque los mantenemos “entretenidos y ocupados” en otras actividades que creemos más necesarias, intentando que se mantengan impolutos y no se manchen de barro. Esto es intolerable y, ante todo, extremadamente preocupante. Analicemos algunas razones de por qué debemos cambiar esto…
·      El exceso de higiene aumenta la posibilidad de que los niños desarrollen alergias, tal y como demostró un estudio del hospital de Gotemburgo, en Suecia.
·     No permitirles disfrutar al aire libre es una tortura que encarcela su potencial creativo y de desarrollo.
·   Mantenerlos pegados a la pantalla del móvil, de la tablet, del ordenador o de la televisión es altamente perjudicial a nivel fisiológico, emocional, cognitivo y comportamental.

Podríamos seguir, pero realmente llegados a este punto creo que la mayor parte de nosotros ha encontrado ya innumerables razones que justifican que estamos destruyendo la magia de la infancia. Como afirma el educador Francesco Tonucci:
“La experiencia de los niños debería ser el alimento de la escuela: su vida, sus sorpresas y sus descubrimientos. Mi maestro siempre nos hacía vaciar los bolsillos en clase, porque estaban llenos de testigos del mundo exterior: bichos, cuerdas, cromos, boliches… Pues hoy deberíamos hacer lo contrario, pedirle a los niños que muestren lo que llevan en los bolsillos. De esta forma la escuela se abriría a la vida, recibiendo a los niños con sus conocimientos y trabajando alrededor de ellos”.

Esta, sin duda, es una manera mucho más sana de trabajar con ellos, de educarles y de garantizar su éxito. Si en algún momento se nos olvida esto debemos mantener muy presente lo siguiente: Si los niños no necesitan meterse urgentemente en la bañera, es que no han jugado lo suficiente. Esta es la premisa fundamental de una buena educación.

domingo, 15 de mayo de 2016

Libro: 150 actividades para jugar sin pantallas

Buenas tardes de Domingo.....

Hoy paseando por la maravillosa Plaza Mayor con la peque, y aprovechando que estaba la Feria del Libro, encontré este libro en uno de los estantes. Me llamó mucho la atención y lo poco que pude ver en sus páginas me gustó. Por ello os lo pongo por aquí.

Se recogen actividades para hacer con los más pequeños, la mar de curiosas, divertidas y sobre todo "estimulantes" con masas, luces, arenas.... Viene con muchas fotografías y seguro que también con las recetas para hacer todo este tipo de tareas. 


150 ACTIVIDADES PARA JUGAR SIN PANTALLAS
Asia Citro
Traducción de Pablo Manzano

¡Recupera la hora del juego de toda la vida! Un libro para recuperar el espíritu del juego imaginativo. Son más de 150 actividades pensadas para ayudar a desarrollar la creatividad y la habilidad de tus niños, sin ninguna pantalla a la vista y con un presupuesto ajustado. Los niños lo pasarán bien y además aprenderán nociones de ciencia.
Un libro para padres y educadores al cuidado de bebés y niños mayores: cada proyecto indica para qué edades es recomendada la actividad y qué ingredientes lleva, para niños que sean alérgicos o intolerantes (categorías: sin gluten/sin maíz/sin tintes/sin frutos secos/sin huevo/sin soja o inocuo para bebés que se lleven todavía las cosas a la boca).

ISBN: 978-84-261-4352-5
 Guías para Padres y Educadores     
1ª edición
Formato: 17,5 x 22,5 cm    
256 páginas      
Encuadernado en rústica

sábado, 14 de mayo de 2016

Escuela de Verano Jesuitinas 2016

Buenas tardes de Salamanca a todos aquellos que andáis por ahí.....

Y después del viernes .... llegó el sábado... y con él me gustaría compartir con vosotros en esta entrada la Escuela de Verano Jesuitinas de este año. 

Desde hace ya 10 años comenzó esta aventura y ya son 11 con la de este año.


¿Qué es la Escuela de Verano Jesuitinas E.V.J.?
pues depende del punto de vista: 
para los padres un gran servicio que ofrece el Colegio Sagrado Corazón para el mes de Julio. 
para los niños: piscina, deporte, actividades, sorpresas y mucha diversión en un lugar conocido y con gente conocida
para los maestros: una forma diferente de pasar el verano. 

¿Para quién es la E. V. J. ?
para todo aquel que quiera, sin salir de Salamanca, pasar el mes de Julio de una forma diferente. 

¿Qué ofrecemos?
un campamento donde dejar a los niños toda la mañana (( e incluso el mediodía)), bien atendidos, con buena gente, conociendo a otros niños y por supuesto pasándolo en grande. 

¿Cuándo es?
Todo el mes de Julio. 

¿Dónde es?
Instalaciones del colegio Sagrado Corazón "Hijas de Jesús"

¿Quiénes somos?
Profesores del Colegio, con muchos años de experiencia

¿Porqué este y no otro?
Porque cada año nos renovamos, cambiamos, no nos conformamos con lo del año anterior y siempre queremos cosa nuevas para los niños. 
Porque nos preocupamos por los padres y por los niños
Porque lo vivimos y eso se nota en lo que hacemos y como lo hacemos. 
Porque llevamos ya muchos años realizándolo (10 años) y siempre con muy buenos resultados. 

No lo dudes.... 
y VEN CON NOSOTROS UN AÑO MÁS !!!!!



jueves, 12 de mayo de 2016

¿Todavía nada?

Medio recuperándome de mis dolencias... comparto hoy con vosotros este cuento muy acorde a la estación en la que estamos, la primavera: el cuento se llama ¿Todavía nada? y nos narra la historia de un personaje muy curioso que un día se decide plantar una semilla, y que día tras día espera y espera, pero por su falta de paciencia y cansancio, no ve el fruto de su trabajo. 

con imágenes muy llamativas que se salen fuera de lo normal, con algun que otro personaje curioso. Os lo recomiendo para vuestros peques. 

Además si luego completáis la lectura con la "plantación" de unas semillas, de una flor, o algo por el estilo.... lo niños lo comprenderán mejor. 





¿Todavía nada?
Christian Voltz

Ilustraciones del autor.
Traducción de Kalandraka Andalucía.
Sevilla, Kalandraka Ediciones Andalucía, 2008. 
Colección Libros para soñar

miércoles, 4 de mayo de 2016

Los niños necesitan ser felices, no ser los mejores

     Vivimos en una sociedad altamente competitiva en la que parece que nada es suficiente y                 tenemos la sensación de que si no nos ponemos las pilas, nos quedaremos rápidamente atrás,         siendo barridos por los nuevos adelantos. 

Por eso, no es extraño que en las últimas décadas muchos padres hayan asumido un modelo de educación sustentado en la hiperpaternidad. Se trata de padres que desean que sus hijos estén preparados para la vida, pero no en el sentido más amplio del término sino en el más restringido: quieren que sus hijos tengan los conocimientos y las habilidades necesarias para hacerse de una buena profesión, obtener un buen trabajo y ganar lo suficiente. 

Estos padres se han planteado una meta: quieren que sus hijos sean los mejores. Para lograrlo, no dudan en apuntarles en disímiles actividades extraescolares, allanarles el camino hasta límites inverosímiles y, por supuesto, empujarles al éxito a cualquier costo. Y lo peor de todo es que creen que lo hacen "por su bien".

El principal problema de este modelo educativo es que añade una presión innecesaria sobre los pequeños, una presión que termina arrebatándoles su infancia y crea a adultos emocionalmente rotos.

     Los peligros de empujar a los niños al éxito
Bajo presión, la mayoría de los niños son obedientes y pueden llegar a alcanzar los resultados que sus padres les piden pero, a la larga, de esta forma solo se consigue limitar su pensamiento autónomo y las habilidades que le pueden conducir al éxito real. Si no le damos espacio y libertad para encontrar su propio camino porque le colmamos de expectativas, el niño no podrá tomar sus propias decisiones, experimentar y desarrollar su identidad. 

Por eso, pretender que los niños sean los mejores encierra graves peligros:

- Genera una presión innecesaria que les arrebata su infancia. La infancia es un periodo de aprendizaje, pero también de alegría y diversión. Los niños deben aprender de manera divertida, deben equivocarse, perder el tiempo, dejar volar su imaginación y pasar tiempo con otros niños. Esperar que los niños sean “los mejores” en determinado campo, poniendo sobre ellos expectativas demasiado elevadas, solo hará que sus frágiles rodillas se dobleguen ante el peso de una presión que no necesitan. Esta forma de educar termina arrebatándoles su infancia.

- Provoca una pérdida de la motivación intrínseca y el placer. Cuando los padres se centran más en los resultados que en el esfuerzo, el niño perderá la motivación intrínseca porque comprenderá que cuenta más el resultado que el camino que ha seguido. Por tanto, aumentan las probabilidades de que cometa fraude en el colegio, por ejemplo, ya que no es tan importante lo que aprenda como la nota que consiga. De la misma manera, al centrarse en los resultados, pierde el interés por el camino, y deja de disfrutarlo.

- Planta la semilla del miedo al fracaso. El miedo al fracaso es una de las sensaciones más limitantes que podemos experimentar. Y esta sensación está íntimamente vinculada con la concepción que tengamos sobre el éxito. Por tanto, empujar a los niños desde temprano al éxito a menudo solo sirve para plantar en ellos la semilla del miedo al fracaso. Como consecuencia, es probable que estos pequeños no se conviertan en adultos independientes y emprendedores, como quieren sus padres, sino que sean personas que apuesten por lo seguro y acepten la mediocridad solo porque tienen miedo a fracasar. 

- Genera una pérdida de autoestima. Muchas de las personas más exitosas, profesionalmente hablando, no son seguras de sí. De hecho, muchas supermodelos, por ejemplo, han confesado que creen que son feas o están gordas, cuando en realidad son iconos de belleza. Esto sucede porque el nivel de perfeccionismo al que siempre han estado sometidas les hace creer que nunca será suficiente y que basta el más mínimo error para que los demás las desprecien. Los niños que crecen con esta idea se convierten en adultos inseguros, con una baja autoestima, que creen que no son lo suficientemente buenos como para ser amados. Como resultado, viven pendientes de las opiniones de los demás.

     ¿Qué debe saber realmente un niño?
Los niños no necesitan ser los mejores, solo necesitan ser felices. Por eso, solo debes cerciorarte de que tu hijo sepa:

- Que es amado, de forma incondicional y en todo momento, sin importar los errores que cometa.

- Que está a salvo, que le protegerás y apoyarás siempre que puedas. 

- Que puede hacer el tonto, perder el tiempo fantaseando y jugar con sus amigos.

- Que puede elegir lo que más le gusta y dedicarse a esa pasión, sin importar de qué se trate. Que puede pasar su tiempo libre haciendo collares de flores o pintando gatos con seis patas si es lo que le apetece, en vez de practicar la fonética o el cálculo.

- Que es una persona especial y maravillosa, al igual que muchas otras personas en el mundo.

- Que merece respeto y que debe respetar los derechos de los demás. 

     ¿Y qué no deben olvidar los padres?
También es fundamental que los padres sepan:

- Que cada niño aprende a su propio ritmo, y que no deben confundir la estimulación que desarrolla con la presión que agobia.

- Que el factor que más influye en el rendimiento académico infantil es que los padres les lean a sus hijos, que les dediquen un rato cada noche para cultivar juntos esa pasión por la lectura, no las escuelas carísimas o los juguetes hípertecnologicos. 

- Que el niño que mejores calificaciones saca casi nunca es el pequeño más feliz porque la felicidad no se mide en esos términos. 

- Que los niños no necesitan más juguetes sino una vida más sencilla y despreocupada, así como más tiempo con los padres.

- Que los niños merecen la libertad para explorar todo y decidir por ellos mismos que les gusta y les hace felices.