lunes, 2 de mayo de 2016

Alternativas a los gritos

Y comenzamos el mes de Mayo.... con edad nueva y mes nuevo....

Para hoy.... una pequeños artículo con cuatro activiades para profesores y padres (( porque en casa también lo podemos llevar a cabo )) para evitar "gritar" a nuestros pequeños. Habrá que poner al guna en práctica..... 



Alternativas a los gritos: propuestas sencillas para que los alumnos te escuchen
Cuando los alumnos no han podido salir al recreo o llegan de alguna clase que los ha mantenido fuera de su aula habitual, se encuentran más excitados que de costumbre y resulta difícil retomar el control del grupo. En estos momentos, lo fácil y poco educativo sería caer en los gritos o las amenazas para captar su atención. Compartimos con vosotros algunos sencillos trucos para evitarlo: podéis utilizarlos para bajar las pulsaciones del ambiente y retomar la actividad normal de clase. ¡Allá vamos! 

Actividad 1: Cerramos los ojos… ¡respiramos!
Colocad a media voz una música muy suave y tranquila como el Air de Bach o el Ave María de Shubert. Pedid a vuestros estudiantes que coloquen sus manos sobre los ojos y que respiren bien hondo. Decidles que traten de ser conscientes de cómo el aire entra a través de sus pulmones, pasa por cada una de sus arterias y poco a poco llega a todas las células del cuerpo. Decidles que acompasen su respiración al ritmo de la melodía y que, cuando se sientan más tranquilos, vuelvan a abrir los ojos.
Objetivo de la actividad: Ser conscientes de la respiración propia para acompasarla a una melodía lenta y relajante.
  
Actividad 2: ¿Lo oyes?
Escoged un instrumento de percusión (como el triángulo, el tambor, o la pandereta) y pedidle a vuestros alumnos que levanten la mano mientras que escuchan el sonido que emite al ser golpeado. Id disminuyendo progresivamente el ruido de la percusión hasta que resulte casi imperceptible. Podéis utilizar también palmadas si no disponéis de un instrumento en clase.
Objetivo de la actividad: Centrar la atención de los alumnos a través del sentido del oído.
  
Actividad 3: ¡Sígueme!
Decidles que cuando estén distraídos les mandaréis una señal muy especial y solo los que estén muy, muy atentos serán capaces de copiarla. ¡A ver cuántos lo logran! Esta señal puede tratarse de un gesto como el de taparse los ojos con las manos y hacer “cucú”, acariciar la cabeza del compañero, tocar la batería o la guitarra, etcétera.
Lo más importante es que no se emita ningún sonido que pueda resultar molesto y distraiga durante la actividad, y que los alumnos vayan incluyéndose al grupo para recuperar la atención y la concentración en la clase.
Objetivo de la actividad: Captar la atención del grupo en conjunto a través de la gestualidad y de la consciencia sobre el propio movimiento.

Actividad 4: Recitamos un poema
Enseñadles un poema que puedan recitar de memoria y que les guste. Cuando estén dispersos y veáis que necesitan volver a centrar su atención, empezad a recitarlo en voz alta para que os sigan. Poco a poco se irán uniendo todos alumnos.
Podéis utilizar un poema sencillito de García Lorca, como “El lagarto está llorando”, “Canción tonta” o “Caracola”.
Objetivo de la actividad: Retomar la atención de la clase a través de la sonoridad y la repetición conjunta.



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